Noemi García Rilo

Historia de una Consultora en seguridad alimentaria

Muchas veces he conocido a personas en las que veía, por sus habilidades y experiencia tan diferenciadoras, oportunidades de emprendimiento brutales. Y un día me miré con esa misma mirada amable. Con toda la experiencia que tenía en restauración, sabiendo como respiraban, sus inquietudes, pudiendo empatizar, conociendo sus necesidades, me lancé a emprender y comencé a dar servicio ayudándoles a cumplir con sus objetivos en calidad y seguridad alimentaria. Esto en realidad puede ser el final o el principio del cuento.

Para ti que tienes unos minutos más, va la historia extendida…Una vez un cliente me dijo, «¿cómo no sabía esto de ti? ¿Cuéntame más?». Yo le contesté, «Cuando tenía 16 años…» sin terminar de hablar, le dio la risa. Creo que no esperaba que me fuese tan atrás en el tiempo.

Y es que para entender hoy, hay que hablar un poco del camino que ha llevado aquí. Nací por primera vez hace unos años, el mismo día que Lito Sheppard, pero después he vuelto a nacer varias veces.

Con 17 años di mis primeros pasos con trabajos de verano en hostelería. Uno de los rasgos que me ha marcado desde mi inicio laboral es la CONSTANCIA para buscar la mejora.

A la vez seguí estudiando. Cuando entré en la Universidad de Navarra ya me había independizado y algunos me decían «No lo vas a conseguir, trabajas y estudias. ¿Cómo lo vas a pagar?». Y esa fue la razón para no permitirme fallar. Lo conseguí, con CONSTANCIA, con la ayuda de compañeras que sí eran excelentes y el apoyo de mi familia.

Rodéate de gente excelente (¡Gracias chicas!)

Pagué la Universidad trabajando en bodas gracias a las becas. Y cuando terminé, surgió la oportunidad de continuar de trabajar en restaurante insignia de estas bodas, el Maher de Cintruénigo (Navarra), donde comenzó mi andadura por las mesas con estrellas Michelín. Lo me llevó a Londres donde hay casi tantas estrellas como Starbucks. En un lugar con esas características hacer las cosas bien es tan necesario como saber nadar para un pez. ¿Y cómo lo hacen?, creando sistemas y cumpliéndolos con CONSTANCIA. También supe lo que es la solidaridad y que todo es posible.

Y después de cinco años, me pasó como a Forrest, dejé de correr y me fui a casa. Volví a Galicia y tras un tiempo me embarqué en un nuevo proyecto. No podía esperar a jubilarme sin haber chapoteado en una agencia de publicidad. El universo estaba de acuerdo conmigo y apareció un curso en el que tenía la oportunidad de pasar dos meses de prácticas en una agencia. Elegí una de las destacadas en Coruña, Imaxe. Y me senté con una caña de pescar en su puerta a esperar por una oportunidad, después también les enviaría un pez en su pecera y, finalmente, el orden divino hizo que alguien se cruzara en mi camino y me echara un cable al contarle mi historia, era Amalia Baltar (¡Gracias!).

Y ya estamos cerca del principio del cuento. No te puedo dejar sin saber que pasó en la agencia…Pues durante casi un año que permanecí allí haciendo prácticas reconecté con una parte creativa, adquirí nuevas competencias comerciales y sobre todo aprendí a cuidarme a mí y a los demás.

Y así empezaba mi historia…Muchas veces he conocido a personas en las que veía, por sus habilidades y experiencia tan diferenciadoras, oportunidades de emprendimiento brutales. Y un día me miré con esa misma mirada amable. Con toda la experiencia que tenía en restauración, sabiendo como respiraban, sus inquietudes, pudiendo empatizar, conociendo sus necesidades, me lancé a emprender y comencé a dar servicio ayudándoles a cumplir con las normativas sanitarias.

Con el tiempo, por recomendación fui a dar al sector de la industria alimentaria y ante las nuevas necesidades busqué formación TECNICA en procesos y calidad alimentaria. La formación continua y sobre todo, la constancia, la profesionalidad, la autenticidad, la creatividad, la honestidad y la GRATITUD para con los que me dan la oportunidad de participar en sus proyectos, son los valores que, aunque parecen no directamente relacionados con la calidad, caracterizan el servicio que te ofrezco.